En el trabajo con la plataforma J2EE, un desarrollador encuentra diariamente una serie de problemas que, hasta el momento presente, no tienen solución o bien su solución es innecesariamente compleja. Entre estos problemas, se encuentran los siguientes:

Es generalmente conocido que una de las causas más comunes de fracaso en los proyectos de desarrollo es un pobre rendimiento de la aplicación. Esto es especialmente crítico en aplicaciones Web, dada la lentitud de la red y el elevado número de potenciales usuarios de la aplicación.

El proceso de construcción de una aplicación Java (y, en especial, de las que usan la plataforma J2EE) es particularmente complejo. Entre las tareas que puede incluir se encuentran la compilación del código, la copia de archivos en los directorios de despliegue, la generación de comentarios Javadoc, la ejecución de casos de prueba, la generación de stubs y skeletons RMI, la creación de archivos JAR, WAR y EAR, la “mejora” de los programas con JDO, etc. Cada una de las tareas suele implicar la escritura de líneas de código extremadamente largas, algunas de las cuales deben parametrizarse. Además, para que el proceso tenga éxito, las tareas han de ejecutarse en un determinado orden.

Es generalmente conocido que la fase de pruebas (“testing”, en inglés) es absolutamente necesaria para minimizar los errores de programación en los proyectos de desarrollo. Aunque hay muchas clases de pruebas (de aceptación, de integración, de unidad, “de caja blanca”, “de caja negra”, etc.), en los últimos años se ha llegado al consenso de que las más importantes de todas son las pruebas de unidad (“unit testing”), que prueban cada componente del software (clase, en los lenguajes orientados a objetos) para determinar si devuelve el resultado que se espera de él.

En los sistemas empresariales distribuidos, es necesario asegurar la correcta concurrencia del sistema, su estabilidad, seguridad, control de transacciones y la caché de objetos, entre otros aspectos. Para algunos de estos sistemas (pero no para todos), la mejor forma de conseguir todo ello es usar un servidor de aplicaciones, que implementa estas tareas, para que el programador se concentre solamente en la lógica de negocio.

Como se ve en el artículo que incluimos en el boletín del mes de agosto de 2003, el uso de un motor de persistencia no sólo puede reducir significativamente la cantidad de código de una aplicación, sino que además mejora su calidad, flexibilidad y robustez.

La técnica de clustering de bases de datos consiste en repetir los datos de una aplicación en varias bases de datos diferentes. De esta forma, se hace más rápido el acceso a los datos, al poder balancear la carga de las consultas entre las diferentes bases de datos. También se obtiene una mayor confiabilidad, ya que, si una base de datos falla, el resto puede asumir las consultas dirigidas a ella. Además, la replicación de los datos sirve como copia de seguridad. Sin embargo, el mayor beneficio del clustering es la escalabilidad de las aplicaciones que se basan en él.

La programación y mantenimiento de una aplicación para el Web es una tarea que requiere el máximo de los rigores. En la plataforma Java, las aplicaciones Web se implementan con la ayuda de servlets y JSPs y, opcionalmente, con el uso de Enterprise Javabeans y otras clases (clases de persistencia, clases planas Java, etc.). Sin embargo, la práctica enseña que este método de programación implica la ejecución de tareas difíciles y/o tediosas, entre las que se encuentran: