1. PROYECTOS SIN MODELO DE DESARROLLO.
Comencemos con los proyectos que no utilizan ningún modelo de
desarrollo. Aunque la necesidad de un modelo de desarrollo hace décadas
que está firmemente establecida, es triste comprobar como, en nuestro
entorno, la desidia y falta de profesionalidad así como un concepto
corto de miras de la gestión empresarial hacen que la mayoría
de proyectos de software no apliquen ningún modelo en absoluto.
La filosofía subyacente a dichos proyectos suele ser que el análisis
y diseño del sistema, así como cualquier planificación
de su desarrollo, son una pérdida de tiempo y que lo importante
es comenzar a programar cuanto antes para entregar el producto lo más
pronto posible. El hecho de que esta entrega a tiempo pocas veces se consiga,
no impide que esta forma equivocada y poco profesional de desarrollo siga
repitiéndose una y otra vez.
De la misma forma que se puede construir un edificio sin planos, también
puede realizarse un sistema sin modelo de desarrollo. Pero en ambos casos
el resultado dista de ser aceptable. Tanto el edificio como el sistema
tardan más tiempo y cuestan más dinero en construirse que
el caso en que hay una mínima planificación. El resultado
en ambos casos es inestable y difícil de ampliar.
Aunque a nadie
se le ocurriría construir un edificio sin planos, una gran cantidad
de empresas en nuestro entorno todavía creen que pueden desarrollar
un programa (algo mucho más complejo que un edificio) sin análisis,
ni diseño, ni modelo de desarrollo. Como consecuencia, se obtienen
sistemas llenos de errores, difíciles de mantener, inestables y
costosos, que rápidamente pasan a ser inmanejables, siendo desechados
después de pocos años, con lo cual se debe construir un
nuevo sistema, que invariablemente es desarrollado con la misma actitud
poco profesional que el primero, presentando sus mismos defectos y repitiendo
este círculo vicioso.
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